viernes, 27 de agosto de 2010

Sueño 3

Ayer soñé algo así como que estaba viendo un texto bien de cerca, uno de los textos que estoy leyendo para el examen. Y una voz de un ex compañero de colegio me decía, gritándome:
¡¡¡TENÉS QUE DEJAR TU NARXHICISMO Y ESTAR DEL LADO DEL NARCISISMO DE LOS TRABAJADORES!!!
Era como que lo veía escrito. No sé por qué así. Estoy estudiando el narcisismo, quizás sea por eso. Pero "de los trabajadores" me sonaba a cuando te habla alguien de izquierda... y te dice que tenés que comprometerte con "el partido de los trabajadores" o algo así. Como haciéndome sentir culpa porque estaría interesada más en mí que en ayudar a la gente que está en mala situación. Justo en eso había pensado antes de dormirme, que a veces los profesores o demás personas no dejan que chicos/as de distintas organizaciones vengan a contarnos cosas que pasan y demás. ¿Pero así no se fomenta seguir pensando sólo en uno?
Después, veía un párrafo de un texto que leí hace mucho, creo que era "Etiología de la histeria". Veía el párrafo marcado con resaltador amarillo y con ciertas frases subrayas con birome roja. Y veía mi mano haciendo otra línea roja, como queriendo marcar algo importante ahí.
De fondo veía el ropero de mi pieza y todo lo que llegué a ver de mi pieza antes de dormirme. Pero en mi sueño la luz estaba prendida, claro.
Al final, escucho la voz de este ex compañero tan cerca y tan fuerte que me dio mucho miedo. Y me dije: "Estás soñando, no te asustes que te vas a despertar". Raro: nunca me dije eso en un sueño, nunca llegué a darme cuenta de que estaba soñando. No sé si me di cuenta en serio o sólo lo dije en el sueño para tranquilizarme.
Ahora la voz sonaba peor, me daba mucho miedo, era como si pudiese ver a mi compañero muy enojado. Su voz cambió, por un momento, como a la de otra persona, sonaba distinta. Y decía:
¿QUERÉS QUE TE MUESTRE? ¿EH? ¿QUERÉS QUE TE MUESTRE?
como diciendo: "Mirá lo que te voy a hacer, lo que soy capaz de hacer".
Y tuve tanto miedo que quise despertarme. Y me desperté.

viernes, 20 de agosto de 2010

Tranqui, 120

¿¿¿Se acuerdan de los chupetines Tatin??? ¡Los amaba! "ALUMNA: ¿Y la paciente siempre se va a enamorar del analista? PROFESORA: Bueno eso depende de cuán feo sea ajajaja". Ponete a leer, Rayén, no vas a llegar, ponete a leeeeeerrrr, no vas a llegar, leééééééééééééééééééééééééééé, la pulsión y la mar en coche, la libido qué essssssssssssssssssssssss, la mar en coche y la gimnasia y los pantalonessssssssssssssssssssssssssssssssssssss, negocio redondo, chaleco, loco, mail, música, Black Eyed Peas, lista aleatoria, reproducción, cafecito que se vuelca, "PROFESOR: Es algo muy esquemático que sea una dama en el living, madre en la cocina y puta en la cama, ¡pero piénsenlo desde una que sea madre en  la cama, dama en la cocina y puta en el living!". Ah pero mirá que tenía razón el tipo, eh, ♫Come with me my love to the sea the sea of loveeeeee IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII wanna tell you how much I love youuuuuuuuuuuuuuuuuuuu uuuuuuuuu♫, gusto musical, músico gustal, ♫♫"-Yo soy una montañaaaaa -Y yo un volcááánn -¿Un volcán? -Sí, un volcááánn. Hecho piedras, fuego y humo, saco todo desde el centro de la Tierra -Por eso tienes un hueco en la cabeza -Ese hueco se llama cráááterr -Yo soy una montañaaaaa -Y yo un volcááánn"♫♫ (ver video en youtube ↓). PLAZA SÉSAMO, AQUÍ, EN DISCOVERY KIDS. Otra propaganda de Discovery Kids que era buenísima, unos 10 ositos en una cama y un narrador cantando:
♫♫10 OSOS EN LA CAMA Y EL CHIQUITO LES GRITÓ: "A UN LAAAADOOOO, NO QUEEEPOOOO". LOS DEMÁS SE MOVIERON PERO UNO SE CAYÓ, 9 OSOS EN LA CAMA Y EL CHIQUITO LES GRITÓOO: "A UN LAAAADOOOO, NOOO QUEEEPOOO". LOS DEMÁS SE MOVIERON (etc. etc. hasta que quedan dos ositos)... DOS OSOS EN LA CAMA Y EL CHIQUITO LE GRITÓ: "A UN LAAAAADOOO, NO QUEEEPOOOO". LOS DEMÁS SE MOVIERON PERO UNO SE CAYÓ, UN OSO EN LA CAMA Y EL POBRE GRITÓÓÓ: "¡ME QUEDÉ SOLO!"♫♫
Escribirrrrr, hay que escribir, agarrá la microfibra negra y garabateá los sentimientos y las cosas raras. Llená la hojita en blanco y fijate de no manchar. Leer, resumir, leer apuntecitos, nervios, presión, leer, rutinita, viajecito, boletito, a la vuelta quizás no, colectivo, línea H casi perdidaaaaaaaaaaa, mi vocecita, noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo, qué nerviossssssssssssssss, suerteeeeeeeeeeeeeeeeeeee, éxitossssssssssssssssssss, SEÑORA: "Ah bueno tómense la línea H hasta Humberto Primo y después combinan con la E y se van hasta Independencia" ---> ¿¿¿¿¿¿¿Que no se da cuenta señora de que me queda más cerca la H sola??????? ¿¿¿¿Que porque la estación de la E se llama Independencia me tengo que bajar ahí???? ¿¿¿¿¿¿Que no tiene pensamiento reversibleeeeeeee?????? "En la avenida es 80. Buenos Aires-Mar del plata, 2 horas y media. ¡A 100 me duermo! Tranqui, 120. Si no, te llevan puesto. 130. El auto te pide. ¡140! ¡160! ¡Lo que dé!".
Las 3 juntas somos una mierrrrrrdaaa jajaja. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Dudas facultativas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Barcelooooooonaa, te estás equivocaaaandoooo, no puedes seguir inventando que el mundo sea otra cosa y volar como maripooooosaaa, Barceloooooonaa.
Musiquita de cuando terminan los capítulos de Dexter.
Una que pasaban también en Discovery Kids y se lleva todos los premios es:
♪♪♪Pollito chicken, gallina hen, lápiz pencil y pluma pen, ventana window, puerta door, techo ceiling y piso flor. Maestra teacher, niño boy, niña girl y tiza chalk. Papá es father, mamá es mother, hermana sister y hermano brother. Perro dog, mono monkey, gato cat y burro donkey, ¡¡gato cat y burro donkey!!♪♪♪

miércoles, 18 de agosto de 2010

Ø

Hay gente demasiado hija de puta. ¿Qué necesidad hay?

http://www.eldia.com.ar/edis/20100817/20100817180738.htm

lunes, 16 de agosto de 2010

Sueño 2

Hace poco soñé que había un huracán terrible en Merlo y se estaba llevando todo. Era una re tormenta. Es raro porque creo que es el 3er sueño que tengo, a lo largo de unos meses, en donde aparece un huracán que se lleva todo. Y en Merlo no hay huracanes (creo que hubo un tornado a principios de los '90 que logró arrancar de raíz un pino que teníamos en el fondo de casa, pero no fue un huracán ni mucho menos). Y esos sueños siempre me angustian.
Esta vez estaba caminando cerca del Mástil, venía como de la calle Vergara. Todo estaba gris, había mucho viento, se escuchaban truenos, no sé si la gente corría o qué. Yo llevaba agarrada a mi mamá porque no podía caminar bien. Le cubría la cabeza para que no le pase nada. Tenía miedo de morirme y que ella se muriera también, no sé, temía que le cayera algo grande que la matara. Cuando llegamos a la esquina de la escuela n°1, veo que el techo del supermercado Disco se prende fuego porque un rayo le cae encima. En realidad arriba del Disco está el instituto Agustina Bermejo; lo que se había incendiado era todo ese piso del Agustina Bermejo, el Disco de abajo estaba intacto, pero claro que podía derrumbarse todo. Por los vidrios vi, desde lejos, cómo los cajeros y las cajeras y todo el personal del Disco salían corriendo por la puerta... y no entendía del todo por qué corrían... si lo que se había incendiado era el Insituto que está arriba nomás. Me llamó la atención que el supermercado estuviese vacío (aunque claro, ¿quién va a ir al supermercado cuando hay un huracán terrible...? Pero a mí me sonaba raro igual) y que los empleados sólo saliesen por una de las dos entradas que hay. Qué raro. Ver ese fuego me produjo una angustia enorme. Tuve más miedo de morir, de que mi mamá se muera y de que los empleados se muriesen también.
Creo que seguimos caminando y nos metimos por el empedrado; de alguna manera agarramos la calle del costado del Disco, pero no era la misma que en la realidad, porque el empedrado no está justo al lado del Disco. Me veo hablando por celular con mi papá. Incluso podía ver la imagen de mi viejo y mi hermana en casa, preocupados porque nosotras estábamos afuera. Mi viejo me decía que me mantuviese alejada de los techos, que anduviera por la calle, sin tener un techo arriba, sin algo que me cubra, así no corríamos peligro de que se nos cayera encima, por las dudas. Le dije que le iba a hacer caso. En eso veo que sigo caminando por el costado del Disco y que estoy debajo de un techo. Raro: el Disco no tiene ningún techito en la parte del costado. En realidad, ni llega a ocupar el costado de la cuadra en donde está. Acto seguido sentí un calor enorme, como si estuviese rodeada de fuego. Sentí que el calor venía desde el techo. Ahí me di cuenta de que seguro algún rayo había caído y había dejado el techo intacto, pero lleno de calor por la electricidad que el rayo emana. Y ahí se me aclaró por qué corrían los empleados del Disco: porque al incendiarse el Instituto que está arriba, el techo del Disco se había calentado tanto que no se podía estar ahí.
Entonces me corrí para la izquierda tratando de salir de la vereda y encontrar algo sin techo. Pero de nuevo me encontré con un techito encima nuestro. Y también me daba calor. Entonces vi que la calle era muuuy angostita y volví a ella. Ahí estaba sin techo, a salvo. Pero era tan angostita que teníamos que caminar bien derecho porque en cualquier momento algún brazo o pierna nuestro iba a estar bajo techo, y eso era lo que no teníamos que hacer justamente. Era loco, como si el hecho de ya estar bajo techo, aunque fuese 1 cm de nuestros cuerpos nada más, significara un peligro enorme.
Creo que seguimos caminando. Ahora había más luz y ya no estaba todo tan gris. Ahí mi vieja me dijo "Bueno, ya está..." como queriéndome decir que la soltara porque ya estaba bien y podía caminar sola. En realidad, me molestó cómo me lo dijo. Fue un poco hiriente o de manera desagradecida. Como si estuviese de mal humor. La solté y caminamos una al lado de la otra.
La siguiente escena es que mi vieja me dice que llegamos a Padua, pero para mí, estábamos en Marcos Paz o algún otro lugar más de campo. Mi vieja abrió una tranquera y entramos a lo que sería el jardín delantero de una casa. Vi la calle a la que daba el jardín y fue peor: ya ni siquiera sentía que estábamos en Marcos Paz o Padua sino en Merlo, en la esquina de 25 de Mayo y Mitre. Pero no entendía, porque en realidad las casas que veía me parecían más de las que hay por 25 de Mayo y Pellegrini o Sarmiento o Pueyrredón. De repente miro el jardín y vemos muchas flores, plantadas de una manera muy ordenada, formando cuadraditos. Un cuadradito amarillo lleno de flores amarillas, un cuadradito fucsia de flores fucsias, etc. Creo que el amarillo predominaba. Y esos cuadraditos formaban, a su vez, un cuadrado más grande de todas las flores. Mi vieja me dijo que habíamos llegado a una plaza. Sí, ese cuadradito de flores era una plaza. Por un momento creí que lo era y le dije "Sí, yo ya conozco esta plaza". Ella me preguntó de dónde. Ahí dudé si decirle o no. Le dije que la había conocido con alguien. Pero no sé por qué no le quise decir bien. Como si fuese algo prohibido. Acto seguido, me di cuenta de que eso no podía ser una plaza... ¡era algo completamente disparatado! ¿Una plaza de ese tamaño? No podía ser.
Mi vieja cruzó el jardín y abrió la puerta (una reja) que daba a la vereda (recuerden que estábamos en un jardín delantero de una casa, la cual nunca vi porque estaba a mis espaldas creo). Ahí la seguí pero me quedé mirando el cuadrado de flores. Me agarró angustia. Angustia porque ya la conocía y porque por un segundo creí que era la plaza de 25 de Mayo y pude verme a mí misma sentada en uno de los canteros de esa plaza, pero desde arriba, como si yo estuviese flotando. Después, angustia porque ese cuadrado me pareció, más que una plaza o cuadrado de flores de jardín delantero, flores de cementerio: un arreglo de flores de una corona fúnebre o algo parecido. Sobre todo porque ahora veía que las flores amarillas eran culos de vieja (en realidad se llaman "botón de oro" pero yo siempre les dije culo de vieja, no sé por qué se les dice así; me hace reír mucho la seriedad con la que viene el texto y lo gracioso que queda que ponga eso jaja) y en el sueño para mí los culos de vieja eran flores típicas de funerales (aunque supuestamente son... ¿las calas blancas? Se dice que son "la flor del muerto". Igual a mí me encantan). Sentía que no estábamos en el jardín delantero de una casa sino en un cementerio.
Salimos de ahí y dimos a la calle. Pero ahora no tenía adelante un montón de casas, sino otra calle que se abría. Era una calle ancha (me recordaba a una de las calles que cortan Av. Rivadavia por Padua, ya más cerca de Merlo), solitaria. En una vereda había un paredón, como los que rodean a los countries. De la otra vereda, había una cancha bien grande (parecida a las canchas que se ven por Rivadavia al llegar a Padua). Veo pasar a una chica caminando. Estaba todo muy tranquilo y me serené, estaba aliviada. El huracán, al parecer, se había ido. La escena me recordaba mucho a la escena final de la peli Twister, en donde el huracán se va y sale un sol enorme. Así era.
Me desperté angustiada. Pensaba "Qué horror una situación así". Y me di cuenta de que en algún momento del sueño, no sé si entremedio o antes de que comenzara, soñé también que le daba un beso a una mina. Estábamos en un comedor que parecía el de la casa de mi amiga Carolina. No sé quién era; recuerdo que tenía el pelo oscuro y largo y medio enrulado, la piel blanca, un vestido negro como de fiesta y los ojos pintados de negro. En el sueño pensaba que era una amiga mía (pero la cara que soñé no es de ninguna de ellas). Sólo recuerdo que era linda de cara.

domingo, 8 de agosto de 2010

Innocent - Stereophonics

Mi hermana hace tiempo viene escuchándose todo de Stereophonics. A mí no me llamaba mucho, hasta que escuché este tema, del disco Keep calm and carry on, que me da una nostalgia pero también me pone de buen humor. Son esos temas que te generan imágenes.

lunes, 2 de agosto de 2010

Historia del hacha, la puritana y los Mandamientos

La puritana se tocaba con un hacha. Con el mango. Más fuerte era y más le dolía. Pronto la sangre corría por el mango helado. Creía que merecía un castigo por entregarse al placer y por eso lo hacía de una manera auto-sádica o masoquista. Gota tras gota, la sangre terminaba en sus manos. Las uñas se le teñían y, cuando quitaba el mango de su interior, las ansias de más y también el alivio la sofocaban y la llevaban a la culpa y a repetir, paradójicamente sin culpa, el acto. "Ay, Dios mío, ay, Dios mío" gozaba la hipócrita, y agregaba un "Perdóname" para que pareciera un rezo y no un goce, que es lo que era. Necesitaba ese momento a solas, consigo misma, donde imaginaba lo más prohibido de todo con él.
¿A dónde iba a llegar sin tener nada adentro y con tanta sangre afuera? ¿A dónde terminan los ríos de sangre del sexo que en realidad no terminan del todo donde debieran? ¿Cómo conseguía ese objeto que tanto deseaba, si él apenas dejaba abierta la puerta de su cuarto? La vez que había entrado en él a altas horas de la noche, lo descubrió sin dormir, con los ojos abiertos. Pero él tuvo miedo y quedaron a mitad de camino. Nunca disfrutó tanto empezar algo. Nunca odió tanto no terminarlo justo en el mejor momento. Qué larga se hizo esa noche y las que vinieron sin tener contacto con otra piel.
Desde aquella vez, él apenas la miraba. A lo sumo un roce por debajo de la mesa, que él comenzaba y dejaba al instante en que sentía una erección... o cuando algún criado se daba cuenta de que algo pasaba.
Sus padres nunca dejaban que nadie se levantara de la mesa antes que ellos. La hora de ir a la Iglesia era sagrada. Cuando ambos cayeron enfermos un domingo glorioso -para ella-, logró levantarse a tientas, escabulléndose de los sirvientes, entre la fiebre externa e interna de sus hormonas, y pudo beber un poco de su saliva y sudor. Le encantaba la idea de pensar que sus padres no se tocaban como ellos y que en ese mismo momento seguro estarían rezando.
-¿Qué es el té, cuando podemos beber del néctar de nuestras emociones? -le exclamó entre gemidos cuando se escondieron entre los altos pastos del campo. -¿Quién mejor que nosotros para beberse? -volvió a decirle, cuando ya no daba más.