viernes, 10 de diciembre de 2010

Cuestión de practicidad

Las tecnologías nos van llevando, paso a paso, de a poquito, a disciplinarnos y reprendernos unos a otros. A ver quién tira más, a ver quién cede y quién no afloja.
Porque nadie puede decir cara a cara "Estoy ignorando tu mensaje". Es imposible no comunicarse, como dice Paul Watzlawick¹. Incluso el silencio es comunicación: estás comunicando que no te querés comunicar. El rechazo a la comunicación (por ejemplo, levantarse e irse) también es un acto comunicativo.
Pero con otras (varias) tecnologías mediatas, no cara a cara, podemos ignorar más fácilmente. La gente se queda sin crédito cuando más conviene, los mensajes no llegan cuando más conviene y se ignoran cuando más conviene. Las respuestas se controlan cuando más conviene. El mensaje en el Messenger milagrosamente no llega cuando más conviene.
Un mensaje no leído, que no llegó a su destinatario, no es un mensaje. Un mensaje leído e ignorado es un mensaje. Porque ignorar manifiesta también un mensaje: el "No me interesa". O también, el "No tengo los huevos/ovarios para explicarte por qué me colgué con mis responsabilidades. Y me parece que tampoco me interesa hacerlo. Y prefiero quedar mal y hacerme el/la pelotudo/a antes que decírtelo".
Porque tenemos, hoy en día, miles de medios para comunicarnos. Pero siempre tenemos la opción de decidir cuándo hacer uso de ellos en caso de que uno falle... y cuándo averiar, convenientemente, todos en un sólo día.
Por eso, hoy en día, abundan los días "No tenía crédito, no tenía línea en el teléfono, la página de Hotmail no me andaba y después... se me pasó". Síntesis verdadera: "Se me pasó" (léase no "se me" sino "Quise que se me pasara").
Mientras tanto, nos gastamos en mandar el mismo mensaje a 20 destinatarios, porque consideramos que con eso basta y sobra, que un saludo no necesita ser tan personal, que da lo mismo que le mande un mensaje o lo/a llame ("Pero, ¡si total es lo miiiiismo!"), que va a cumplir años el año que viene también y que Reenviar es la salvación del siglo XXI. Por eso existen los "Feliz día, ¡gracias por formar parte de mi vida! =)" que se mandan a 15 personas, de las cuales 2 son amigos íntimos y el resto son compañeros/conocidos/transas, etc. Y da igual, el mensaje es el mismo, aunque sintamos cosas distintas por cada uno.
Las tecnologías satisfacen necesidades. Pero también nos crean necesidades. Y nos hacen creer que podemos ser Dios y que podemos tener el control sobre una interacción. Y, más o menos, en palabras de un profesor mío:
"¿Creamos tecnologías porque tenemos cada vez más necesidades? ¿O tenemos más necesidades porque usamos cada vez más tecnologías?".
Si no, fijémonos qué pasaba antes, cuando tal cosa no existía, y qué pasa ahora que ya se inventó. Cómo cambiaron nuestros intereses y maneras de expresar nuestros sentimientos, mostrar/generar/cortar vínculos, mostrarnos a nosotros mismos, interactuar con otros, etc.
Fijémonos cómo cambió el concepto de "Amigo", si hoy en día hasta se pueden comprar y un número alto de amigos te suma puntos.
Hoy tenemos 948 Amigos. 5 invitaciones nuevas cada día. Hoy todos somos amigos de todos. Hoy  creemos que estar conectados con todos significa estar comunicados con todos. Brindemos por eso en estas fiestas.

¹agregué al autor que lo dijo, porque si no, quedaba muy plagio jaja.